El término "clicker", referido a alguien que pincha música desde un ordenador -clicando con el ratón en el programa que sea-, fue creado y forjado en la asociación Telecogresca. El primer clicker denominado como tal fue el legendario Clicker Pach. Se dice de él que ha sido capaz de clicar para cientos -¡o hasta miles!- de personas empleando simplemente el Winamp a pelo desde un portátil conectado a los convenientes amplis. Otros, como Clicker Pau o Clicker Blond emplean programas un tanto más sofisticados, pero la esencia del clickerismo es siempre la misma.
Sin pretender desmerecer al rollito DJ, y lejos de ser algo cutre, el clickerismo puede describirse como la recuperación del espíritu de guateque mejorado mediante nuevas tecnologías (básicamente la informática portátil).
Desde tiempos inmemoriales, cualquier tipo de fiesta ha tenido su banda sonora. En el caso de los guateques caseros la música suele ser grabada y, como en una fiesta apremia la variedad musical, hace falta alguien que se encargue de seleccionar temazos que hagan disfrutar a los asistentes. Hasta no hace tanto al encargado de ir poniendo temas musicales, uno detrás de otro, se le denominaba pinchadiscos o disc-jockey. De un tiempo a esta parte, ha sido encumbrada la figura del disc-jockey mezclador de ritmos. Hoy en día un DJ es alguien que mezcla, que tiene precisión y conocimientos técnicos a la hora de combinar sonidos, que se curra sesiones propias donde el material sonoro resultante es sorprendente y donde el todo es algo más que la suma de las partes. Un DJ sin platos ni tabla de mezclas no es considerado estrictamente un DJ. La gente ha subido el listón y se valora mucho la técnica en un DJ; en ocasiones la exigencia de técnica eclipsa a la exigencia de buen gusto musical. Ejemplificando, los entendidos valoran más un DJ que se curre sesiones basadas en filigranas técnicas que no un DJ que simplemente se dedique a pinchar un temazo detrás de otro.
Evidentemente, existen términos intermedios entre técnica y repertorio en un DJ, incluso DJ's excelentes en ambas cosas. No obstante, mi impresión es que en una fiesta (una fiesta que sea fiesta fiesta; fiesta de verdad; vamos, una fiesta, ¿me explico?) la mayoría de la gente no está constantemente atenta a las virguerías técnicas del supuesto DJ. De hecho, mi opinión es que en un fiestón a la mayoría de asistentes nos da bastante igual las cualidades técnicas del DJ siempre y cuando la música suene seguida y mole. Así que pilla a un DJ con un acervo musical de la hostia, quítale las ganas de lucimiento técnico, quítale los platos y ponle un portátil con temazos en archivos fácilmente seleccionables y ¿qué te queda? ¡un CLICKER!
Rompo una lanza y una armería toledana entera a favor del clickerismo greskero. Y recuerdo a las lectoras y a los lectores del blog que se animen a pedirle temazos a los clickers, que en un portátil de clicker caben más temazos que en una maleta de vinilos y hay más posibilidades de que te cliquen lo que deseas en ese instante.
(para expertos en clickerismo y en cosas de DJ: este texto ha sido escrito bastante a la brava y refleja mi opinión y mis intuiciones patilleras; cualquier corrección histórica o técnica será de recibo)